Esta Navidad quiero a Chanel y Calvin Klein

Estos días, como todas las Navidades, los medios de comunicación se encargan de inyectar a nuestro subconsciente grandes dosis de necesidades superfluas. Desde que se inició la temporada navideña, con la inminente llegada de Papa Noël y los Reyes Magos, se han intensificado los anuncios de perfumes, uno de los bestseller para estas fechas.

No hay interrupción que no te recuerde que unas gotas de colonia te harán tremendamente sexy, glamurosa y, en consecuencia, esa noche pillarás o despertarás el interés del sexo opuesto. Este elemental argumento (aunque muy convincente a la largo de la humanidad) se repite constantemente en los anuncios personificándose en modelos/celebrities/actores –más o menos mediáticos–, ataviados con sensuales vestidos y moviéndose al ritmo de una sofisticada melodía.

Me gustaría ser una persona tremendamente pura y libre para decir que la publicidad no me influye, que mis elecciones en perfumes se basan en motivos estrictamente olfáticos, acordes con mi personalidad. Sin embargo, me dejo embaucar por las promesas de Dior, Carolina Herrera o Prada. El mismo olor pero en un frasco de los chinos, a mitad de precio y con un nombre similar como Charnel o Carvin Klein no lo quiero.

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Un perfume es ese objeto de deseo que las consumidoras más modestas podemos permitirnos una vez al año –sería impensable, en cambio, lucir uno de esos modelazos de alfombra roja–. Con unas gotas de ese frasco de diseño, creemos que tendremos algo de Charlize Theron o Scarlett Johansson ante los ojos ajenos.

Soy contemporánea de la sociedad consumista y de los mass media y, a pesar de intentar valorar las cosas importantes, como mínimo, caigo una vez al año en las técnicas de seducción de la publicidad. Sin miramientos, me gasto unos euros en el perfume anual –intento que sea una tienda duty free– o se lo pido a los generosos Reyes Magos.

Aprovechando el aluvión de anuncios, he hecho una pequeña selección de las mejores campañas desde mi modesto punto de vista. Acepto sugerencias. A ver si estáis de acuerdo conmigo.

Chanel nº 5. El anuncio de la maison francesa del año pasado, con Marilyn Monroe, es uno de mis preferidos. El de este año, de momento, no me convence. Para empezar, me parece un error que salga Gisele Bündchen, cuando también protagoniza el de Carolina Herrera. Desde el punto de vista comunicativo, crea confusión al espectador y cuesta asociarla a una de las marcas (una más tradicional y la otra más moderna). Además, me recuerda mucho al de Nicole Kidman de hace unos 10 años que era pésimo, a mí me daba vergüenza ajena.

Volviendo al espot de la pasada Navidad, me parece una idea genial resucitar a una figura icónica como Marilyn Monroe y utilizar sus míticas declaraciones en las que aseguraba que dormía sólo con unas gotas de Chanel. Revaloriza el perfume y, a pesar de jugar con las bazas de siempre como sensualidad, glamour y personajes de la farándula, el modo de hacerlo no puede ser más rompedor, sofisticado y distinto.

De Chanel nº5 recuerdo también el de Caperucita. Me pareció tan buena idea que incluso hice un trabajo sobre él en la universidad. Al profesor de Introducción a la publicidad le encantó mi análisis en el que explicaba cómo se utilizaba el cuento tradicional – siempre con tintes machistas– para darle la vuelta y reivindicar el poder de la mujer, que amansa solita a la bestia con unas gotas de Chanel, no necesita ningún cazador. Aquí la otra lectura, feminista, del tópico troglodita de que el hombre caza y la mujer es la presa.



Coco Mademoiselle de Chanel
Keira Knightley se desliga de cualquier cliché enfundada en un mono rosa y moviéndose por París en una Ducati tuneada. Llega al estudio del fotógrafo, donde se entreven preciosos vestidos de Chanel y toda la parafernalia propia de una sesión de fotos, para demostrarnos que dotes seducción tiene muchos. Pero cuando ve que Alberto Ammann (sí, del que nos enamoramos en Celda 211) quiere más, se va. Y de fondo suena la música de la magnífica Joss Stone. Me encanta.

J’adore de Dior. La casa Christina Dior fue pionero a la hora de resucitar estrellas de Hollywood de la época dorada. No sólo a la Monroe sino también a Grace Kelly y Marlene Dietrich que se codean, entre bambalinas de un desfile en Versalles, con Charlize Theron, quien no tiene nada que envidiarles a la hora personificar el glamour. Un 10 para el montaje a la hora de encajar las imágenes que siguen el ritmo de la canción Heavy Cross’ de Gossip.

De este perfume siempre me ha gustado el anuncio en el que Carmen Kass se bañaba en una piscina de agua dorada y pronunciaba con su gélido y enigmático rostro el nombre del perfume, J’adore. Una imagen que ya permanece en el imaginario colectivo.

Gucci by Gucci. La mejor baza es la música Heart of glass de Blondie y la dirección de David Lynch. El olor de Gucci posee a las modelos Natasha Poly y Rachle Zimmerman (no pueden estar más anoréxicas) y les permite dejarse llevar por la música, bailando como espíritus libres en un apartamento de una gran ciudad, con un punto fantasmagórico, con la televisión encendida al estilo Poltergeist. La estética disco de los 70 con tonos dorados y marrones redondea el resultado.

2 Comments

  1. 11 diciembre, 2014  15:35 by Rocío

    A mí también me gustan más los anuncios que se salen un poco del cliché; me parece bien que vendan ese glamour y en parte ese erotismo, pero no a costa de la integridad de las mujeres, por eso me gustan los que le dan una vuelta de tuerca más allá, como el de Cocó Madeimoiselle, que parece que va a explotar lo mismo que otros pero al final es diferente.

  2. 11 diciembre, 2014  18:36 by Isa Pi

    Estoy contigo! Esos que la mujer es un objeto de deseo no van nada conmigo y, desgraciadamente, hay bastantes. Como últimamente estoy muy rajona he intentado destacar los que me parecen mejores!!!! ;-) Gracias por tu comentario!

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