
El síndrome "es sábado noche y no tengo plan"
En una misma, una no tiene la capacidad de hacer una valoración objetiva de los acontecimientos, en otra persona lo detecta ipso facto.
En una misma, una no tiene la capacidad de hacer una valoración objetiva de los acontecimientos, en otra persona lo detecta ipso facto.
A la treintena hay una verdad absoluta que nos hace muy felices: sabemos mentirnos a nosotras mismas con sofisticación, clase y salvaje verosimilitud.
Según el artículo dirigido al público masculino, esta es la lectura que hacen de la amistad y a continuación pongo la interpretación de Isa Pi.
Todos los convalecientes por el trastorno aseguran que no volverán a tener pareja o al menos necesitan un tiempo para recomponerse antes de empezar una relación seria.
Hombres que no saben lo valiosos que son y por tanto nos pasan desapercibidos, en época de eslóganes populistas, titulares efectistas y fotos pasadas por filtro.
La gran duda viene cuando te preguntas si un micromensaje significa desinterés de él por tu persona o una alergia a que información “confidencial” quede grabada en un aparato .
Después de ver las conquistas de este verano de Quim Gutiérrez y de Andrés Velencoso en las revistas del corazón, me surgió esta duda existencial.
Es duro volver a la rutina diaria, pero si hay una cosa todavía más temida de la rentrée es la preguntita obligada de: “¿Ya te has echado un novio este verano?”
El síndrome del compromiso fóbico, los autoengaños femeninos, el enamoramiento como droga o las parejas infelices son futo de esta realidad de la que debemos huir.
Un extraño fenónomeno a las antípodas del mío: enlazan una relación con otra. Lloran unas semanas, el primer día que salen conocen a alguien y en un mes ya se echan novio/a.