No son mis palabras, sino las de un body de Zara que puedes encontrar en sus tiendas del siglo XXI. Pensaba que este estereotipo había desaparecido del imaginario colectivo, al menos entre la gente más joven y sobre todo de cara a la galería y en las palabras políticamente correctas que pueden salir de un departamento de comunicación o de diseño de una empresa del calibre de la marca gallega.

Sin embargo, los creativos y consultores de comunicación de Zara – que han pasado arduos procesos de selección, han trabajado en Londres o Nueva York y hablan cuatro idiomas a la perfección (yo no estoy a la altura en ninguna de estas aptitudes)- les ha pasado desapercibido este comentario. ¿Será que el subconsciente es traidor? ¿En el fondo todos creemos que las mujeres debemos ser bonitas y los hombres inteligentes para triunfar en esta vida?

Para más inri, estas afirmaciones de los bodys de Zara se ponen en boca de papá y mamá. ¿Papá y mamá han asumido este rol en su familia y se lo han inculcado a sus hijos? Pretty and Perfect – It’s what daddy said (Bonita y perfecta: eso dice papá), mientras que el del azul pone Cool and Clever – It’s what mummy said (Guay e inteligente: eso dice mamá). No es la primera vez que ocurre algo así. En Hipercor retiraron prendas de bebé con mensajes sexistas de este índole: “Inteligente como papá” y “Bonita como mamá”.

Este idea está más latente de lo que nos pensamos en nuestra sociedad. Sólo es necesario comprobar cómo son las divas del pop – perfectas, explosivas, guapísimas- (Beyoncé, Jennifer López) y, en cambio, los cantantes consagrados no son especialmente exuberantes (Bono, Phil Collins). Hay otros ejemplos visibles en la publicidad, en las series o en los comentarios inconscientes que decimos nosotros mismos en nuestra vida diaria.

Por este motivo es noticia cuando una marca como Dove Francia intenta que la presión de la mujer sobre su belleza sea menor, especialmente la que se ejerce ella misma. En la línea de otras comunicaciones comerciales de la empresa, Dove Francia pidió a varias mujeres que plasmaran sus pensamientos sobre ellas mismas en un cuaderno. “Mi cara parece la de un bulldog” o “cuando sonrío parezco un ratón” son algunas de las impresiones de sí mismas. Después, unas actrices se decían estos descalificativos en un café, mientras personas ajenas y las propias protagonistas estaban presentes. El resultado se puede ver en este vídeo.

Aplaudo muchísimo el anuncio y me gusta, pero debo confesar que estas chicas “corrientes” tienen un nivel de guapura por encima de la media. A mi me parecen muy atractivas y chic (me identifico más con este rollo que con una Cristina Pedroche) y creo que han pasado un casting donde la belleza ha tenido un papel importante. Seguro que alguna de ellas fue modelo en sus años mozos, aunque a veces las maniquíes son las primeras que no aceptan su cuerpo. Y es verdad que cualquier anuncio con caras bonitas atrae mucho más que las tirando a feas y esto los saben bien los publicistas.

Tweet