Es algo inherente a tu vida: vayas donde vayas el número de mujeres siempre es superior al de hombres. Asistes a una fiesta: el 75% de las personas son mujeres y el otro 25% son hombres. En el trabajo: la proporción vuelve a mimetizarse. En la facultad: el elevado porcentaje femenino era el pan de cada día (al menos en las aulas de Periodismo).

El aplastante éxito y feedback que generan post como Los treintañeros solteros han sido secuestrados, Cinco treintañeras solteras por cada treintañero soltero o El reto: encontrar solteros treintañeros en Barcelona dan fe de que no es algo puntual que le ocurre solo a la pobre Isa Pi.

Ilustración de Marta Bros que puedes encontrar en el libro de Mujer Sin Blanca Soltera Busca.

Un gurú del arte ligar – normalmente son todos esos emparejados con los que te llevas super bien y les encanta darte consejos- te dirán que cambies de estrategia, que vayas a los sitios que normalmente no acostumbras a ir. Conclusión: debo cambiarme de trabajo, debo ir a otro tipo de fiestas y debo matricularme en otra carrera. En Mujer Sin Blanca Soltera Busca se explica todo ello al detalle.

Hice un estudio de mercado para hacer un cambio de estrategia y vi que la solución era colarme en instituciones o trabajos en los que la mujer es una rara avis. ¿Imagináis cuántos hombres por cada mujer, es decir, para mí? Ahora los hombres ya no se harían los interesantes sino que yo sería la reina de la fiesta. ¿Dónde ir? El Tribunal Constitucional – debo inscribirme ya en la Facultad de Derecho-, la RAE – ¿haber publicado Mujer Sin Blanca Soltera Busca será suficiente?- o en el aparato directivo de una multinacional – tendré que apuntarme en alguna escuela de negocios-.

Sin embargo, con esta estrategia olvidé una amenaza difícil de combatir como individuo femenino y sin blanca: unas políticas que fomentan el patriarcado y una mentalidad que, a la hora de la verdad, los roles son como en los años 50, así que veo complicado llegar durante mi treintena a este tipo de sitios con tanta abundacia masculina. Pensando una solución rápida, la impaciencia es una característica muy millenial, llegué a una salida: la inmigración.

Una amiga me pasó un artículo en el que se decía que había países en los que la proporción de hombres era mayor que el de las mujeres así que allí segurísmo que pillo a un novio. Mi gran problema, nuestro gran error, es haber nacido en el país equivocado porque en otras zonas hay más hombres que mujeres. Parafraseando el titular del artículo de la web genial.gurú: Hay países del mundo que necesitan mujeres.

Por ejemplo, si te va el rollo vikingo o mides metro ochenta como yo te ha tocado la lotería porque en Noruega hay 12.000 hombres de más; en Islandia, hay 104 hombres para cada 100 mujeres y, en Finlandia, hay 256.000 hombres sin pareja. Otros países con excedente de hombre son China – lo que tiene la política de hijo único masculino promovido por el partido comunista- o India – después de Master of none lo petan-.

Con la imigración, se matan dos pájaros de un tiro: mejor sueldo y un tiarrón de más de metro noventa. En Dinamarca y Finlandia el sueldo medios es de 3.706 y 2.735, respectivamente. Ahora mismo la solución a mis problemas es es coger mis bártulos, pillarme un billete low cost y empezar una nueva vida en zonas un poco más frías.

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