He estado casi una hora esperando mi turno. Si como mínimo fuera algo placentero, como un masaje o adquirir a un buen precio el último diseño del modisto del momento para H&M, se entendería el desperdicio de mi valiosos tiempo. Sin embargo, el propósito está muy lejos de la satisfacción, al menos “in situ”, otra cosa son sus maravillosas consecuencias. Me refiero a la temida depilación que, con el buen tiempo, obliga a la mayoría de la población femenina a cumplir religiosamente con su cita con la cera.
A lo largo de mi espera, me he culturizado, con el Cuore, de los culos y los arggs de las famosos, subiendo mi autoestima hasta límites insospechados, mientras intentaba alternar su lectura con algo de más consistencia como el Time Out o el Dominical. Aún así, no ha sido hasta que la esteticista ha arrancando sin piedad la cera de mis piernas, cuando han venido a mí pensamientos de mayor calado y trascendencia. He pensado que hoy es 15 de mayo. Hace cuatro años que el Movimiento Indignado se apoderó de la plaza Sol de Madrid y como un efecto dominó llegó a otras grandes ciudades como Barcelona.
En su momento, me tocó cubrir el acto. Cultura trata “temas irrelevantes”, no podría alguien mejor que Isa Pi explicar qué hacían acampados cuatro perroflautas ociosos. Sin embargo, cuando llegué a Plaza Cataluña no podía creer la cantidad de gente que estaba allí. Anoté en mi libreta algunos de los textos de las pancartas, ya que estaba muy de acuerdo con ello. Cumplo el típico perfil de joven treinteañera que sufre las consecuencias nefastas de la crisis y su mala gestión.
Aquí los ingeniosos textos de algunas pancartas:
-“No nos falta dinero, nos sobran ladrones”
– “Me parto el UGT”
– “Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se caen”
– Me desCCOOjono
-Transtorno bipolar crónico: PP-PSOE
-No somos mercancía en manos de políticos banqueros
– Error 404 Democracia Not Found
– No quiero ir en la chepa de mi padre hasta los 30 años
– Oferta de empleo: país indignado busca políticos honestos. Entregad currículum aquí. Abstenerse los actuales.
– Periodistas sed valientes y contad la verdad
– Yo soy tu banco. Vota consume y ¡calla!
– Pienso. Luego me indigno
– Precarios del mundo no tenéis nada que perder, excepto vuestras cadenas
– No hay pan para tanto chorizo
– La ignorancia de los ciudadanos da la victoria a los tiranos. Lee, lee, lee, lee…
– Los que están tan locos que piensan que pueden cambiar el mundo son los que lo consiguen. Sonríe.
¿Y por qué hoy casi no sale en los medios? Porque quieren que sólo se hable de las elecciones para que les demos legitimidad para hacer lo que les venga en gana. Sinceramente, tampoco me fio de los nuevos partidos, Ciutadans y Podemos, que acaparan titulares como si fueran los integrantes del nuevo grupo musical para adolescentes fanáticas.
¿Sabéis cuál es el problema? Que cuando no vives las realidades que tienes que erradicar – paro, ERE, reducciones de jornada, disminución constante de salarios, recortes de pagas extras…– te acomodas y buscas la vía más fácil, en la que los otros pagan los platos rotos. Si recortamos empecemos por los sueldos vitalicios, los cargos y asesores innecesarios, las dietas excesivas y no por recortar a los que tienen poco o a una clase media que cada vez tiene menos.
Y todo esto me ha venido a la cabeza gracias a la depilación. Sólo las mujeres podemos llegar a comprender este rollazo más la regla, los altibajos hormonales, el parto, la conciliación familiar y laboral (esto yo todavía no tengo ni idea…) Díganle si no a Mel Gibson en la fantástica ¿En qué piensan las mujeres?
A los políticos les pasa lo mismo, que no saben qué se siente cuando te quedas sin trabajo o con un sueldo con el que apenas llegas a fin de mes y, por tanto, poco hacen. Diréis que, como mínimo, para dejar de sufrir depilándome me pase a la láser… El problema es el de siempre: cuesta demasiado dinero… ¿Cuándo tendré un sueldo digno para hacerlo?
