Dicen una imagen vale más que mil palabras y que el autoconocimiento es la llave al éxito y a la felicidad. Tomaremos al pie de la letra la sabiduría popular para conocernos mejor a través de las imágenes y recopilaremos algunos hits que nos dicen cómo somos – al menos algunos- según Instagram, la red social visual por antonomasia. Abstenerse mujeres terrenales de la vida, que se lo pasarán mejor leyendo Mujer Sin Blanca Soltera Busca, en lugar de autoflagerarse sumergiéndose por Instagram.

Nadie trabaja. De buena mañana ya hay un insta storie para dar parte del look, a media mañana foto en un lugar donde no hay rastro de un ordenador y a la hora de comer es el momento gourmet del día. Por la tarde, foto en el gym, instastorie echándose unas risas con amigas y fin del día poniendo morritos en pijama.

Las vacaciones son eternas. Estamos en febrero, que se caracteriza por no tener ni un festivo, por hacer un tiempo de mierda, por ser un mes lleno de trabajo pero, según Instagram, un lunes la gente esquía, o se ha escapada al otro lado del Atlántico, donde es verano, en busca de sol, en playas paradisiacas. Si esto ocurre en febrero, imaginad las vacaciones de verano. En junio, julio, agosto y septiembre se empalma viaje a Nueva York, Islandia, boda con amigos en Punta Cana, vacaciones familiares en la Costa Brava y los Pirineos y se cierra con viaje solidario en la India. Uno vuelve al trabajo agotado, aunque según instagram no hay estrés, porque casi nadie trabaja.

Estamos forrados. Como comprenderá cualquier hijo de vecino, sin ser un lumbreras, estos viajes no son baratos y si apenas se trabaja todavía menos, así que vivimos de renta. ¡Qué envidia daríamos a las mujeres que retrataba Jane Austen que buscaban como locas hombres para tener asignada una renta y no tener que trabajar. Bueno, sobre todo porque no podían trabajar y ganar su propio dinero.

Somos guapísimos. Esos fotones, esos perfiles, esos tipazos… que vemos en Instagram dan fe de que cualquiera de nosotros podemos hacer sombra a la mismísima Gisele Bundchen.

Comemos y cenamos fuera de casa. Como estamos forrados, nuestro Instagram no sólo es un fotolog de viajes sino también gourmet. Podemos erigirnos como expertas en food style y, a pesar de todo, estamos en forma, con tipazo.

Tenemos unos hijos monísimos, que son unos ángeles. Si es todo tan idílico como se pinta en Instagram, el gobierno no debe preocuparse por las pensiones del futuro. Aquí nacerán hijos como rosquillas.

Estamos enamoradísimos. ¿Problemas de pareja? Ni las princesas Disney viven una historia de amor a la altura de una insta storie colgada en Instagram.

Tenemos un armario repleto de ropa. ¿Por qué engañarnos? Carrie Bradshaw se queda corta con una chica it de Instagram. Ni un sólo modelo repetido y encima siempre alguien al lado para que tome la foto y a una mala, selfie.

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