Estos días Correos es noticia por ser objeto de una denuncia anónima en Bruselas. El grupo es acusado de practicar dumping comercial, según informa el blog de S.Mccoy, Valor añadido. No voy a entrar en temas económicos, ni aburriros con datos financieros. No es mi especialidad. Ya tengo suficiente con los malabarismos que cada mes debo hacer para que mis gastos fijos y variables no superen mi sueldo de nimileurista.
Esta mañana, la Controller me ha mandado a Correos para enviar un paquete. Hoy la becaria estaba enferma y, en su ausencia, la responsable de la sección de Cultura es quien mejor puede realizar este tipo de tareas. El Adonis estaba grabando su sección semanal, la Trepa diseñaba con el Sr. Narciso el guión del programa de mañana, el Remolón se ha buscado una excusa con poca credibilidad para escabullirse y Raida estaba metida en una noticia política de enorme trascendencia.
Desempeño tan estupendamente bien mi faceta de recadera que se ha interpuesto a la elaboración del reportaje que estaba ultimando sobre el 40 aniversario del Festival de Cambrils. Este año se darán cita, en este municipio de la Costa Daurada, artistas de la talla de Montserrat Caballé, Love of Lesbian, Gloria Gaynor, Marta Sánchez o Raphael. Después del mediático y terrorífico anuncio de la Lotería, volverán a coincidir estos tres cantantes, ¡sólo falta Bustamante y Niña Pastori para complementar el equipo!
Con mala gana y reprimiendo mi ira ante tan inoportuno encargo, me he ido a la oficina de Correos de dos calles más arriba de la redacción. He cogido tanda a las 11:00 de la mañana, la mejor hora para cortar una jornada de trabajo y desperdiciar mi valioso tiempo, y me he sentada resignada a la espera de mi turno. Tenía el número 79 e iban por el 59. He permanecido allí, entre clientes nerviosos que miraban de reojo el reloj, con una fe ciega en los tres profesionales de Correos que atendían de cara al público. En realidad eran sólo dos, porque uno se encargaba de dar los paquetes de recogida.
Chateando por el whatapp y revisando los tweets, se me han hecho las 12.00. Había pasado una hora y sólo se había avanzado al número 69. Haciendo una regla de tres he llegado a la conclusión de que hasta las 13.00 no podría hacer mi envío. Pensaba en los emails de mi bandeja de entrada, en los post- it de mi mesa, en las cosas pendientes de mi agenda y en el reportaje que había dejado a medias, cuando uno de los profesionales de Correos ha puesto el cartelito de “Cerrado” y ha dicho sin ningún tipo de vergüenza: “Me voy a almorzar”.
No podía creérmelo. Una sola persona para atender a 10 personas significaba que estaría en esa oficina que apestaba a humanidad hasta la hora de comer. Y allí entre esa gente desconocida, he visto mi verdadera vocación: profesional de Correos. Un sueldo fijo, sin estrés, con un descanso a media mañana para el almuerzo – a pesar de amontonarse las obligaciones –, horarios cumplidos a rajatabla, pagas dobles y, una vez tienes la plaza, sin peligro a que te echen. ¿Alguien sabe dónde puede encontrar los manuales para sacarme las oposiciones?
Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho "si lo bueno es breve es dos veces bueno". Me gustara volver a leeros de nuevo.
Saludos
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