Este fin de semana vi Hello, my name is Doris, una película sobre una mujer en sus 60, un tanto naif, que se enamora del treintañero hipster que acaba de llegar a su oficina. La historia cuenta algo dramático, pero en un tono desenfadado y divertido, zambulléndose en temas de calado como la soledad, enamorarse pasados los 60, las relaciones laborales o el amor intergeneracional.

Es extraño ver a una mujer de más de 60 años acaparando el protagonismo de una película, es algo tan inaudito que incluso mientras avanzaba el metraje mi subconsciente pensaba: ¡qué mayor está Sally Field, cuántas arrugas! Después me horroricé por la reacción espontánea de mi subconsciente y me di cuenta que había asimilado como un cordero fiel el discurso de la tiranía de Hollywood de la eterna juventud.

A medida que avanzaba el metraje, iba pensando que ni de coña acababan juntos los protagonistas. Pero es que cada vez que ella se las ingeniaba para “conquistarle” te daba un ataque de risa y, aunque te parece alguien entrañable, no es para estar con un treintañero al que le gusta Baby Goya.

Después me acordé de películas como Elegy, Otoño en Nueva York o de la adaptación cinematográfica de Lolita y en ningún momento la unión sentimental de los personajes parece un chiste. Él es un galán que eclipsa a la tonta jovenzuela. Sé que existe un personaje llamado Sra. Robinson, que vuelve loco a Dustin Hoffman, pero ya sabemos cómo acaba…

Y triste por la marginación de los rostros más maduros en la gran pantalla, me alegré de que Emma Suárez ganara dos Goyas en una misma noche y a sus 52 años, después de estar cuatro sin haber recibido ofertas cinematográficas. Esto significa que nunca puede perderse la esperanza y que la constancia tiene premio a la edad que sea.

Sin embargo, el domingo por la noche, una amiga mía me dijo que había visto Beautiful Girls. Una película de los 90 que en el blog he nombrado en muchas ocasiones porque es un retrato generacional de unos amigos treintañeros, de un pueblo de Estados Unidos que, con motivo de una fiesta del instituto, se reencuentran y se dan cuenta que muchos de sus sueños se esfumaron. Algunos de los amigos también se resisten a tomar ciertas decisiones y abrazar la edad adulta.

¿Y qué relación hay entre Beutiful Girls, Sally Field y Emma Suárez? Que de todo el elenco de actores – tanto de mujeres como hombres-, todos ellos con carreras prometedoras en los 90, no hay apenas rastro en las películas top del Hollywood de hoy. Así que Sally y Emma son unas supervivientes, (aunque esta última no trabaja en Hollywood) no como los actores de la cinta noventera.

Únicamente Natalie Portman – que entonces era una niña y ahora es treintañera- sigue jugando en primera división pero ¿qué ha sido de los treintañeros de ese momento como Mira Sorvino, Matt Dillon, Lauren Holly o Timothy Hutton? Rosie O’Donnell creo que se dedica más a la televisión, pero no hace películas de cine, y Uma Thurman también está bastante desaparecida… Parece que este no es país para viejas, pero tampoco para viejos, a pesar de que nuestra sociedad se envejece por momentos.

Cada vez veo más claro que tendré que hacerme guionista para inventarme historias con mujeres de todas las edades, con un fuerte peso dramático (no de decoración o acompañamiento), con tramas comerciales y divertidas y para todo el mundo. Aunque ya se sabe que, si salen muchas mujeres es una película sólo para nosotras, en cambio, si salen sólo hombres como las de Spielberg son para el gran público.

Tweet