He descubierto un nuevo síndrome. El síndrome: “Es sábado noche y no tengo plan”. He convivido con él, en varias ocasiones, pero cuando se está metida en el asunto, una no tiene la capacidad de hacer una valoración objetiva de los acontecimientos, sino que se cree muy especial. En cambio, experimentado en la piel de otra treintañera soltera detecta ipso facto el trastorno.

Este sábado estaba en casa de una amiga cuando un treintañero con el que se había estado viendo durante algunos días, hizo acto de presencia en forma de un mensaje de WhatsApp. Las señales de vida llegaron después de estar un fin de semana ausente (sin mensaje alguno) por un viaje con amigos y una semana laboral desaparecido sin tener constancia de ninguna excusa, sino silencio.

De repente, el sábado a las 19:00 de la tarde, el susodicho resucitó de la nada para hablar y preguntó por qué ella había estado tan out, si había algún problema y él se había perdido algo. El chico treintañero se dio cuenta el sábado a las 19.00 que mi amiga había pasado cuatro pueblos de él – cosa que él también hizo-, concretamente, cuando se avecinaba un sábado noche sin plan, ni viaje con amigos, ni trabajo.

Tuvo una luz, se acordó de ella y le extrañó que una chica treintañera (que no están para perder el tiempo) no estuviera desesperada enviándole mensajitos de cómo estaba durante su dura semana. Entonces él pensó en hacerla sentir un poco culpable para que quedará con él y solucionara su sábado noche solitario. Ella le dijo que tampoco había vibrado su móvil con noticias suyas y que el sábado noche ya tenía plan.

Sé que ahora empezarán a escribirme tíos indignados, diciéndome que hay chicas con el síndrome “es sábado noche y no tengo plan”, cosa que no voy a negarlo. También hay amigas de “es sábado noche y no tengo plan” y entonces te llaman a ver si les haces de organizadora de eventos para su sábado aburrido. Así que la mejor solución es hacerse la longuis, no contestar a los mensajes de socorro de “es sábado noche y no tengo plan” y hacer un buen plan con quien realmente valga la pena sea tu amig@, tu chic@, tu abuel@…. Muerte a los individuos con el síndrome “es sábado noche y no tengo plan”.

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