¿Cómo encontrar trabajo? Humíllate y vencerás

Dice Raida que ya es hora que busquemos un trabajo mejor. Uno de esos en los que se paga por la tarea realizada, terminas a la hora y te sientes valorada por el ejercicio de tu profesión. Para empezar con este difícil propósito, hemos echado un vistazo a nuestros currículums.

ErinBrocovich_IsaPiBlog

Es de extrema importancia el contenido de esta carta de presentación, especialmente para que cualquier seleccionador de personal quede impresionado con una simple y rápida ojeada. La clave está en utilizar muchas palabrejas en inglés. Nada de redes sociales sino Social Media; nada de actualización de la web, sino experto de CMS (Content Management System) y si añadimos conceptos abstractos que no sabe ni uno mismo qué significan mejor.

Respecto a la foto, hay opiniones dispares. Algunas webs recomiendan no ponerla, pero creo que en mi área es importante una imagen que sea casual, sin llegar a los extremos de una noche loca en Luz de Gas; aunque tampoco vestida de boda y maquillada como una mona. Debería proyectar profesionalidad, sin parecer un muermo sin sentido del humor. Y, por supuesto, están descartadas las fotos en las que una parece una experta de la noche. ¿Qué buscamos un trabajo o vender nuestro cuerpo?

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Después de miles de cambios en mi currículum, he llegado a una conclusión. ¿Por qué molestarse tanto por unos datos en un papel? Tal y como está ahora la competencia, se queda con el trabajo quien mejor renuncia a sus derechos laborales. Humíllate y vencerás. Este vídeo de Vaya Semanita no puede ejemplificarlo mejor en La Voz Laboral.

Hemos alcanzado este punto gracias a una praxis llevada a cabo a lo largo de la historia y ahora muy en boga con la excusa de la crisis: no dar a cada uno lo que le corresponde por su trabajo. En otras palabras, contratar a cinco trabajadores donde tendría que haber como mínimo ocho; meter miedo al personal para convertirlas en seres manipulables, nutrirse de personas desesperadas que curran casi doce horas, dispuestos a todo por su sueño, ser periodista o, ni eso, por tener un sueldo.

En la Antigüedad a este tipo de gente se les llamaban esclavos; en la Edad Media, vasallos; en la Edad Moderna, súbditos; en la revolución industrial, proletarios y en el siglo XXI, casi mileuristas. Señoras y señores, bienvenidos a la nueva era.

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